Ahh la miro, la huelo, la pelo, esta va a ser la mejor mandarina de mi vida.
Sin sospechar yo que también es épocas de arañas, solo me dedico a lo mío.
Claro, yo entiendo, la casa había sufrido algunas modificaciones y en ello habían sucumbidos algunos hogares insectiforos o insectivoros, como sea, esta octopatulienta huérfana ya había dejado la tristeza y el desamparo de lado para remplazarlo por un rencor envenenado de sed de venganza, a mi entender nada necesario…
La cosa es que estaba yo ahí a punto de comer el primer gajo de LA mandarina de mi vida, cuando de repente la veo, con su mini campera verde militar de ocho mangas y una cresta en la cabeza, que me miraba desde sus lentes negros (llamativamente de solo dos cristales).
– Que miras? Boba!-le digo.Y entonces dice: -´re you talkin´ to me? Y se cruzo a toda velocidad hasta la otra punta de la mesa. Desafiandome a mi, al SUPER PREDAROR supremo, por ninguna razón podía permitir que se escape. Su heroica hazaña le permitiría liderar una rebelión de arácnidas huérfanas contra mí! Decidido a impedir tal macabro plan, fruta en mano le zarpe un mandarinazo que exploto en todas direcciones…
…entonces comprendí que su venganza fue perfecta.
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